—Se sueña sólo en primera persona y en presente indicativo —dice Luder—. A pesar de ello el soñador rara vez se ve en sus sueños. Es que no se puede ser mirada y al mismo tiempo objeto de mirada. 


El espejo imposible

La lucidez filosófica con que Ribeyro, a través de Luder, reflexiona sobre la conciencia, el yo y los límites de la percepción humana.


Explicación:

Luder observa un hecho curioso y profundo: en los sueños somos protagonistas, pero rara vez nos vemos. Soñamos desde la acción, no desde la contemplación. Su observación trasciende lo anecdótico; es una meditación sobre la imposibilidad de observarnos plenamente mientras existimos, de ser simultáneamente sujeto y objeto.


Comentario:

Ribeyro, mediante esta reflexión, se aproxima al dilema esencial de la conciencia: no podemos mirar la vida desde fuera mientras la vivimos. Toda experiencia es inmediata, toda conciencia es parcial. En el sueño —como en la existencia— somos quienes actúan, no quienes contemplan.
Luder revela así una verdad sutil: el hombre nunca puede verse completo, porque siempre está dentro de sí. Y tal vez, en ese límite entre lo que se siente y lo que no se alcanza a mirar, reside la raíz de nuestra soledad.

Sueños. - Dichos de Luder